lunes, 15 de octubre de 2018

INVESTIGACIONES DE LA PRÓBLEMATICA


Severa contaminación en ríos y lagunas de Tamaulipas

Hace poco más de once años, Tampico y Madero vivieron una crisis por no tener dónde tirar los desechos domésticos al clausurarse sus respectivos basureros.

El sur de Tamaulipas se encuentra estancado en su desarrollo integral por la falta de plantas tratadoras de aguas, generando con ello descargas de aguas residuales directamente a los cuerpos de agua, generando con ellos una grave contaminación en los afluentes que abastecen de agua potable a la población.

Tampico y Madero están flanquedos al poniente por el río Tamesí y el sistema lagunero integrado por el Chairel y la Vega Escondida, el río Pánuco al sur, el Golfo de México y dentro de la zona urbana se cuenta con los vasos lacustres de El Carpintero, La Ilusión y Aguada Grande.

Agua de mala calidad

A pesar de estar rodeada de agua la zona sur del estado no dispone de agua de calidad, dadas las fuentes de contaminación que la aquejan desde de hace más de treinta años al grado de que en la actualidad se tiene una capacidad limitada para tratar las aguas negras que se vierten al río Pánuco. El sistema lagunero del Tamesí, en especial las lagunas del Chairel de donde se toma agua para el abasto de Tampico y Madero, recibe descargas de aguas negras, lo que obliga a la Comisión Municipal de Agua Potable a tomar medidas.

La zona sur, de acuerdo con la información disponible genera más de tres mil 500 litros de aguas residuales por segundo y a pesar de iniciarse un proceso de construcción de plantas tratadoras, solo hay dos que operan de manera limitada.

Las estimaciones son que solo se logra procesar poco más de mil 100 litros de aguas negras y el riesgo se vierte al río Pánuco que a su vez desemboca en el Golfo de México que a su vez recibe descargas de estados como Veracruz, Hidalgo, Querétaro, San Luis Potosí y el propio Estado de México.

Actualmente opera la planta de la colonia Morelos y Tierra Negra, la primera debería tratar 300 litros por segundo, mientras que la segunda mil 500 pero están faltas de infraestructura suficiente.

A la par, el colector Pemex, concebido para tratar las aguas de la refinería Madero y con capacidad de 900 litros por segundo, nunca ha podido operar debido a fallas en el proyecto que han derivado en demandas penales por parte de la paraestatal a la empresa ganadora de la licitación.

A la par, las ciudades de Tampico y Madero se ven afectadas por escurrimientos de aguas negras y por hundimientos del terreno por fugas de aguas negras al grado de que se han tragado unidades motrices pero afortunadamente sin víctimas mortales.

Basura, problema en ciernes

Hace poco más de once años, Tampico y Madero vivieron una crisis por no tener dónde tirar los desechos domésticos al clausurarse sus respectivos basureros que fueron asentados sobre una parte del sistema lagunar en ambas ciudades.

Grupos de ambientalistas de la zona han advertido de los riesgos que representan los exbotaderos de Tampico y Madero que no solo recibieron desechos domésticos durante décadas sino también biológicos por la falta de regulación en aquellos años.

Desde el 2002 la Profepa ordenó el cierre de éstos, sin embargo siguieron operando varios años hasta concretar la operación de un relleno sanitario, no obstante no se hicieron grandes inversiones sobre el saneamiento de estos espacios de varias hectáreas sobre el sistema lagunario del Tamesí en Tampico y la laguna de El Charro en Madero generando jugos tóxicos como lixiviados que van a parar al subsuelo además de gases.

León Hurtado señala que Tampico y Madero están nuevamente en riesgo ya que el convenio para tirar ahí está por fenecer, a lo que se agrega que por orden de la Semarnat ese lugar deberá de cerrar sus actividades en dos años y no existe hasta ahora un acuerdo sobre lo que se hará.

Tampico genera entre 370 a 410 toneladas diarias de basura, Madero alrededor de 130, mientras que Altamira, que tiene un deficiente sistema de recolección, solo se llegan a recolectar alrededor de noventa toneladas.

El problema se agrava porque los exbotaderos están ubicados en lo que eran lagunas y se teme que a través del impacto directo de un huracán o tormenta tropical se genere una inundación y las lagunas absorban los contaminantes ahí enterrados y ocasione problemas de salud en el sur del estado.

Altamira y Pemex
A diferencia de Tampico y Madero, Altamira ha afrontado en los últimos años el problema de contaminación de cuando menos 500 hectáreas de cultivo, así como zonas de pesca lagunas en los últimos años debido a los derrames de instalaciones petroleras en la zona.

Algunos de estos daños han tardado meses en atenderse por parte de la paraestatal, afectando con ello la vida productiva en ejidos de la región al no poder realizarse actividades de siembra debido a los brotes de combustibles.


Pemex e industria petroquímica destruye lagunas en Altamira
La letra muerta de las leyes ambientales ha dejado como saldo 60 mil hectáreas agrícolas sin uso y al borde del colapso cuerpos de agua, como el río Tigre, las lagunas Garrapatas, El Conejo y El Chango.

La letra muerta de las leyes ambientales ha dejado como saldo 60 mil hectáreas agrícolas sin uso y al borde del colapso cuerpos de agua, como el río Tigre, las lagunas Garrapatas, El Conejo y El Chango por las descargas industriales de la industria petroquímica y derrames petroleros en el sur del estado.
Investigaciones elaboradas por especialistas del Conacyt, Universidad Autónoma de Tamaulipas y el propio Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (Cicata) Altamira, advierten que en los últimos cinco años, la contaminación del agua y suelo avanzó en municipios de Altamira y González a causa de la deficiente vigilancia e inspección de la autoridad ambiental y el incumplimiento a la protección de la industria y empresas como Pemex, aseguró José Luis León Hurtado, directivo del Consejo Ciudadano del Agua del Estuario del Río Pánuco.
Cuerpos de agua o humedales que rodean la zona costera del corredor industrial están destruidos y prácticamente han desaparecido la flora y la pesca, que en otras épocas daban de comer a familias de la zona, principalmente en las lagunas El Chango o Conejo y una parte del río Tigre, aseguró.
Aseguró que esos estudios que se mantienen bajo reserva, demuestran que el agua de esas zonas es de pésima calidad y amenaza la salud humana si son usadas, porque hay descargas de distintos tipos de productos químicos, que los tienen colapsadas.
Dijo que si bien las propias empresas se autoevalúan y determinan su grado de contaminación, la aplicación de la Ley Ambiental por la Profepa o la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales ha sido demasiada blanda y tampoco hay inspección y vigilancia para comprobar si cumplen con la normatividad.
Además, las constantes fugas de hidrocarburos en líneas o válvulas de Petróleos Mexicanos se ha sumado a esta destrucción, pues son más de 60 mil las hectáreas de uso agrícola en los municipios de Altamira y González, donde no existen programas de recuperación de los predios, ni tampoco indemnización a los campesinos, criticó.
Amenaza creciente
Dijo que la llegada de inversiones en materia energética aumenta la amenaza de contaminación para la entidad y en especial para la zona, lo que reclama que el Gobierno del Estado y la Federación apliquen acciones para la protección de la naturaleza.
"Se está hablando de inversiones millonarias en proyectos petroleros, lo que aumenta los riegos de destrucción ambiental y toca a la ciudadanía exigir que el gobierno haga lo suyo y las empresas apliquen medidas para reducir el impacto a la ecología".
Insistió que el problema latente del rompimiento del cordón litoral costero contiguo a las lagunas colapsadas por residuos petroquímicos agravan el riesgo a las comunidades asentadas en el corredor industrial de Altamira, lo que es un desafío medio ambiental social y económico que enfrentar.
Cifras
Setenta derrames de hidrocarburos han ocurrido en suelos agrícolas en seis años en esa periferia.
La contaminación industrial afecta ya a los humedales en los ejidos Barberena, sector Garrapatas, Dulce, Salado Norte, Cañón, Conejo Norte, Conejo Sur y Chango en la zona costera de Altamira.




Con daño, tierra, aire y agua del sur de Tamaulipas
La zona arrastra gran contaminación debido a que no hay control sobre las emanaciones de la refinación del petróleo y emisiones industriales, dice experto.
El sur de Tamaulipas se encuentra severamente afectado por tres pasivos ambientales que dañan el medio ambiente: la contaminación se presenta en agua, tierra y aire dijo el ingeniero ambientalista Miguel Ángel Verástegui Cavazos.
Indicó que en Tampico, el principal generador de contaminación del agua se presenta en la laguna del Chairel, ya que los estudios que el ecologista ha efectuado, indican que derivado de las más de 20 descargas de aguas negras, el método de potabilización que lleva a cabo la Comisión de Agua Potable (Comapa) no es el correcto, además de ser el más arcaico.
La referida laguna que es de donde se abastece la Comapa enfrenta serias complicaciones por la pésima calidad de agua y de acuerdo al método que se aplica el agua que se toma es difícil de procesar, señaló.
Dijo que otro de los contaminantes en el Chairel es la infestación de pez diablo que al ser rechazado por pescadores agrava la contaminación del vaso lacustre.
"La laguna del Chairel requiere con urgencia de un análisis del agua y no se ha hecho, es una mala voluntad política porque los titulares de la Comisión Municipal de Agua Potable no han hecho nada para que se hagan los análisis y demuestren la problemática de contaminación que ya se está presentando y que sin duda repercutirá en las familias de la zona conurbada", indicó.
Expuso que de acuerdo con la medición de la calidad de agua en el estudio de impacto ambiental realizado por ambientalistas, se constató que existe en la laguna del Chairel un alto porcentaje de coliformes que son bacterias procedentes de las heces fecales, situación que agrava la contaminación.
El segundo pasivo ambiental lo presenta Ciudad Madero con las emanaciones atmosféricas provenientes de la Refinería "Francisco I. Madero", las cuales son consideradas de alto riesgo, indicó que cada vez son más intensos los olores que se perciben en el aire, y las familias de la urbe petrolera han tenido que soportar esta situación.
Afirmó que en Altamira, las plantas del corredor industrial, son el principal generador de contaminación al ambiente y que a pesar de que no cumplen con límites permisibles para la emisión de gases que señala la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, autoridades no reconocen que rebasan las normas ambientales.
Tan sólo en el centro refinador se ubican 22 plantas procesadoras de productos petrolíferos, mientras que en la urbe industrial se han contabilizado más de 24 empresas petroquímicas que de igual forma procesan y tienen sus emanaciones ambientales.
La emanación de pestilentes olores que a pesar de haberse clausurado surgen del ex botadero de la colonia Sahop y el Zapote, representan un tercer pasivo ambiental que han tenido que enfrentar los ciudadanos.
Ambos basureros no han sido remediados y se corre el riesgo de que los lixiviados dañen la laguna del Chairel y playa Miramar respectivamente, incluso se constató que ya están llegando al Chairel justo donde se encuentra la bocatoma de la Comapa, expresó Verástegui Cavazos.
"Las autoridades estatales y municipales no han sido conscientes, ya que han permitido que los tres pasivos ambientales que presentan Tampico, Madero y Altamira sigan su curso".
Miguel Ángel Verástegui advierte que es urgente que se inicie un programa de recuperación de cuerpos de agua, que se sancione a las industrias que contaminan con sus emanaciones de gases al ambiente y que se proceda con urgencia en la remediación de los ex basureros, de otra forma se pone en riesgo la salud de las familias que habitan en esta parte de Tamaulipas. 






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